Celsa Group
Fundada en 1967 por la familia Rubiralta, Celsa ha sido un pilar de la industria siderúrgica en España y Europa. Con plantas en España, Polonia, Reino Unido y Noruega, Celsa se ha destacado por su capacidad productiva y su innovación en la fabricación de productos de acero. Sin embargo, la compañía ha enfrentado serios desafíos financieros en los últimos años, lo que ha llevado a una reestructuración profunda de su estructura de propiedad y gestión.
El origen del problema
El año pasado, una sentencia del Juzgado de lo Mercantil número 2 de Barcelona retiró la propiedad de Celsa a la familia Rubiralta y se la otorgó a un grupo de fondos acreedores, incluyendo Deutsche Bank, SVP, Anchorage y Cross Ocean. Esta decisión judicial permitió la conversión de 1.300 millones de euros de deuda en capital, reduciendo significativamente el pasivo de la compañía. No obstante, la reestructuración reveló un desfase patrimonial de 1.339 millones de euros, atribuible a prácticas contables y financieras de la administración anterior.
Búsqueda de un socio industrial
En respuesta a la situación financiera, los nuevos dueños de Celsa han decidido vender hasta un 20% de su capital a un socio industrial español. Este paso es una de las condiciones acordadas con el Gobierno español para asegurar el apoyo en la reestructuración y mantener los puestos de trabajo y la sede en Cataluña. Entre los posibles socios se mencionan nombres como Megasa, Sidenor y el grupo extremeño Cristian Lay.
Los fondos acreedores han prometido mantener la plantilla y las capacidades productivas en España. Además, han establecido un consejo independiente y han nombrado a Rafael Vilaseca, ex consejero delegado de Gas Natural Fenosa, como nuevo presidente. El equipo directivo también incluye a Jordi Cazorla como consejero delegado y a Javier Lázaro como director financiero.
Plan de crecimiento y desinversiones
Para financiar el nuevo plan de crecimiento de la compañía y reducir aún más su pasivo, Celsa está acelerando la venta de sus negocios internacionales en Polonia, Reino Unido y Noruega. La venta de estos activos podría generar alrededor de 1.000 millones de euros. Los interesados en la puja incluyen grandes fondos de capital riesgo como KPS, Platinum, Inda Capital y Atlas Holding.
Acciones legales contra la familia fundadora
Paralelamente, los nuevos dueños han iniciado acciones legales contra el expresidente Francesc Rubiralta, reclamando 500 millones de euros presuntamente desviados de la compañía para beneficio personal y familiar. La demanda ha sido admitida a trámite por el Juzgado de lo Mercantil número 5 de Barcelona y busca resarcir los daños causados al patrimonio de la empresa.
Celsa está en un proceso de transformación significativo, buscando estabilizar sus finanzas, recuperar fondos desviados y asegurar un crecimiento sostenible a largo plazo. La incorporación de un socio industrial y la venta de activos internacionales son pasos cruciales en esta nueva hoja de ruta. La siderúrgica catalana busca así recuperar su posición de liderazgo en el mercado y asegurar su viabilidad futura, manteniendo su compromiso con el empleo y la producción en España.