Cuando el filo apenas se distingue a simple vista, medir deja de ser un trámite para convertirse en el corazón del proceso. ZECHA Hartmetall-Werkzeugfabrikation trabaja en ese límite: fresas de 10 µm de diámetro o herramientas de PCD con 42 aristas en Ø6 mm que abastecen sectores tan diversos como moldes y matriz, dental, electrónica, farmacéutico, textil, mobiliario, joyería, automoción o aeroespacial.
En el micro-mecanizado, el margen de error es del tamaño de la propia viruta. La carga por diente se mueve en micras, la excentricidad de la herramienta decide la vida del filo y cualquier deriva térmica del conjunto se traduce en variación de medida. Antes de cortar, hay que saber —no suponer— cómo está la herramienta. La metrología deja de ser una estación aislada y pasa a integrarse en cada ciclo.
ZECHA diseña el proceso alrededor de esa realidad: geometrías específicas para escala micro, sustratos y recubrimientos estables, y verificación en máquina para capturar lo que ocurre en el mundo real. Medir en el mismo husillo y con el mismo portaherramientas que van a producir permite registrar la cadena cinemática completa y su comportamiento dinámico, desde el asentamiento inicial hasta el equilibrio térmico.
Este enfoque también impacta en la economía del taller: menos pruebas destructivas, puestas a punto más cortas, series pequeñas repetibles y datos accionables para decidir cuándo cambiar herramienta sin caer en márgenes excesivos. Con materiales exigentes y radios mínimos, asegurar la integridad superficial y evitar rebabas depende tanto de los parámetros de corte como de conocer el estado real del filo antes de cada operación.
Por eso ZECHA aborda la verificación en máquina, con el mismo husillo y portaherramientas que intervienen en producción, registrando así todos los factores que afectan a la repetibilidad. El resultado: un proceso que mide, aprende y corrige a la velocidad del mecanizado.
Del punto a la nube de datos: así mide LC50-DIGILOG
A diferencia de los láseres convencionales, que entregan un único valor cuando el haz se sombrea, el sistema LC50-DIGILOG de BLUM-Novotest captura miles de lecturas por segundo. Esa densidad convierte cada medición en una señal rica que el propio sistema limpia de ruido de proceso —salpicaduras, refrigerante o depósitos—, ofreciendo resultados consistentes incluso cuando el diámetro se mueve en el rango de las micras.
La óptica optimizada y un foco un 30 % más fino empujan la resolución un paso más allá, mientras que la medición sin contacto a velocidad de mecanizado reduce el ciclo de verificación a cuestión de segundos. En el día a día, esa rapidez es la clave para pasar de un control esporádico a una monitorización sistemática de cada pasada.
Fiabilidad hasta la micra: detección de roturas, vida útil y control en máquina
En el territorio de los microdiámetros, la probabilidad de rotura se multiplica y cualquier desviación afecta al resultado final. Con DIGILOG, ZECHA verifica la integridad del filo al ritmo del mecanizado y puede detener el proceso antes de encadenar daños en utillaje o pieza. Al mismo tiempo, el sistema caracteriza con precisión el desgaste y la vida útil en nuevas herramientas y materiales, de modo que los clientes disponen de criterios objetivos para decidir compras, condiciones de corte y planes de mantenimiento.
El software LC-VISION convierte esas mediciones en decisiones. Plantillas de medida, visualización inmediata y tendencias de desgaste permiten pasar de controles puntuales a una monitorización continua. Su función de estabilidad señala cuándo la máquina ha alcanzado el equilibrio térmico para iniciar producción con garantías, y la creación de rutinas de medida es intuitiva para un abanico amplio de herramientas, desde las más pequeñas hasta los 12 mm y más, sin que el color del recubrimiento altere el resultado.
Sobre esa base, ZECHA ofrece paquetes integrados que combinan herramienta, proceso y láser DIGILOG para asegurar una calidad de mecanizado consistente en entornos desatendidos. La detección de roturas tras cada pasada protege la máquina y los siguientes útiles, y permite apurar cada herramienta hasta su límite real de desgaste, mejorando el OEE y el ROI frente a reemplazos conservadores por tiempo.
En un segmento donde la concentricidad lo es todo, medir el sistema completo —husillo, portaherramientas y herramienta— evita desbalances críticos a régimen y aporta la seguridad de proceso que exige el micro-mecanizado de alta precisión.
Las microherramientas que rozan el grosor de un cabello exigen una metrología a la altura. Con LC50-DIGILOG y LC-VISION, ZECHA ancla la medición en el propio proceso de mecanizado y lleva la fiabilidad hasta la micra, con tiempos de verificación mínimos y datos útiles para decidir cómo producir mejor.









